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Sueños que asfixian

sueños y metas

Esto será un poco duro de comunicar pero como tu coach de metas, me gusta ser abierta contigo y contarte fragmentos del proceso que son parte de alcanzarlas. En especial cuando soy yo misma la que los está atravesando y puedo compartírtelas de forma más auténtica. Y es que a veces, los sueños pesan, a veces estamos tan enfocadas en nuestro objetivo que nos cerramos demasiado a todo lo demás.

Se nos va la energía, y ya sé que esto va en contra de lo que dicen que en lo que te enfocás crece. Una idea que yo también comparto, pero hay un punto en donde si todo tu mundo se vuelve ese sueño, ese sueño te asfixia.

Pesa.

Te aplasta.

Te consume.

Nunca había experimentado eso hasta este año. Tuve que hacer una pausa para darme cuenta de cuál era el problema.

Mi sueño y mi visión se habían vuelto exageradamente pesado para mí porque tenía la cabeza únicamente en el objetivo final y me estaba creando esa sensación de “siempre hace falta algo más” y “nunca es suficiente porque aún no estoy ahí”.

Siempre te digo que un error que cometemos es que queremos brincar del punto A al Z y JUAZ, aquí me ves cometiéndolo como todos los que nunca escuchan sus propias palabras 😅

Descubriendo el problema

Pero ahora, al menos puedo contarte bien qué es lo que sucede cuando te encerrás en tu meta de esta manera.

El problema no era mi sueño, era cómo lo estaba viviendo (o no viviendo, mejor dicho). Mi sueño me estaba aplastando tanto porque no estaba dejando espacio para apreciar todo lo que estaba creando, poco a poco, paso a paso en mi día a día.

Tampoco lo estaba dejando respirar tanto como para darle la oportunidad de que evolucionara a su antojo y él, al no tener aire, automáticamente me lo quitaba a mí misma.

Luego de sentirme tan frustrada tuve que ponerlo en perspectiva para saber qué era lo que me estaba drenando tanto. ¿Era mi plan?, ¿era el por qué?, ¿mis necesidades habían cambiado?, ¿ya no lo quería tanto como en realidad creía?.

A esto 👌🏼 estuve de creer que mi sueño ya no era para mí.

Mi sorpresa fue que todo eso seguía en curso y aunque ciertas necesidades mías sí habían cambiado, cambiaron para avanzar hacia esa misma dirección. La meta no había cambiado, las ganas no habían cambiado, el propósito no había cambiado.

era yo,

era yo la que estaba presionando demasiado y eso afectó mi energía, mi mood y mi percepción de las cosas.

Luego de mi pausa y encontrar el problema, esto fue lo que hice:

Le dije adiós a mi meta de cierta manera. Como una carta que escribís y echás al mar con esperanza e ilusión. La solté, pero no la olvidé. No sé si pueda ser capaz de darme a explicar bien. Solté las ataduras y las expectativas exageradas, solté la obsesión y me sentí mas liviana.

Mi meta sigue siendo la misma y por supuesto que sigo tomando acción hacia esa visión, al final es mi goal, sigue siendo mi goal. Pero ahora lo veo desde otra perspectiva. Porque ese goal también es mi presente no sólo mi futuro. En el momento en que empezás a tomar acción, ese futuro ya es tu presente.

Dejé de lado el “cuando esté ahí” y le di la bienvenida al “ya estoy creando, ya voy de camino, ya está pasando”. Recordé lo emocionante de vivir un viaje, porque eso mismo es una meta. Recordé que la vida es ahora y se disfruta ahora, no únicamente en el futuro cuando alcance esa meta. Recordé que cada día estoy construyendo cosas igual de cool que merecen ser apreciadas y celebradas y que, al crearlas con un propósito, me harán llegar al lugar a donde quiero llegar.

pa-cien-cia

Me tuve que repetir una y otra vez hasta que lo comprendí.

Agradezco haberme tomado el tiempo para hacer una pausa y analizar la situación. A veces generamos conclusiones que no son las reales y hasta no pasar días en perspectiva, no lo notamos. Te digo esto porque muchas veces nos rendimos y renunciamos a cosas que creemos que debemos decirle adiós (porque sí, a veces sí hay que decirle adiós a cosas que ya no nos pertenecen) pero antes de dejarla, date y dale espacio para identificar cuál es el verdadero problema.

pensamientos de regadera

Entre esos días de observación y pausa, en la regadera, surgió esto que te comparto ahora. En parte para mí misma, en parte para ti, en parte para quien sea que necesite leerlo.

sueños y procesos
proceso
nadar sin ahogarte

Por cierto, otro asunto que me tenía con energía baja era que cierta gente a mi alrededor, al ver que aún no he llegado a esa meta, creen que no llegaré. Pero ellos no conocen mis avances ni el plan ni los resultados hasta ahora, ni el trabajo que se requiere ni mi visión. Estaba permitiendo que mi energía se viera afectada por alguien más. 🥂 Una fortuna que también lo haya identificado y haya recuperado el control sobre cómo me siento.

Si esto te llega en el momento justo, me alegro.

Creo que nos pasa más de lo que creemos y no siempre lo detectamos.

🥂 Cheers por esos momentos de pausa que nos hacen darle vuelta a las cosas hasta que regresamos con nuevo aire.

Me encantaría saber si alguna vez te ha pasado lo mismo o te has sentido igual. Sentite en confianza de comentar por aquí o también podemos hablar por aquí más privado.

Por cierto, en este otro blogpost te hablo sobre cómo fijar la meta correcta para asegurarte de que has elejido una que sí esté alineada a ti y a tu visión. Ahí te hablo de ciertos elementos que esa meta debe tener para ti y si en caso te llegara a suceder lo que a mi, te será más fácil evaluarla y sacar tus conclusiones. 

Un besito bonita, hasta la próxima.

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